En consonancia con lo que la Iglesia vivía y celebraba en el siglo XIX, el nombre que el Padre Luis Amigó quiso para la Congregación femenina que fundó, el 11 de mayo de 1885, fue el de TERCIARIAS CAPUCHINAS DE LA SAGRADA FAMILIA (Constituciones escritas por el propio Fundador, art. 3 – Obras completas 2293).

Frente a los movimientos secularizadores de la época, el papa León XIII, en 1893, instituyó la fiesta de la Sagrada Familia, a fin de dar a conocer y promover el modelo cristiano de la familia, fuertemente cuestionado y amenazado por las nuevas corrientes modernistas. Ya en sus orígenes se percibe la intencionalidad adoctrinadora de la fiesta y su claro propósito de llevar a cabo una promoción de los valores ejemplares que encarna la Familia de Nazaret.

Luis Amigó escribe en “Apuntes sobre mi vida”: “Era en mí muy grande y antiguo ya deseo de poder construir en el Asilo de Masamagrell un templo a la Sagrada Familia…(Obras completas 212).

Dedicada la Congregación a la Sagrada Familia, la tenemos como modelo especialmente en su espíritu de oración, vida de familia y disponibilidad a la voluntad de Dios” (Hermanas Terciarias Capuchinas de la SF, Constituciones art. 6)

* Hna. Amparo Alejos Morán